ABC News informa que, según la entrevista con una fuente cercana a la investigación, no se encontraron huellas de Michael en ninguno de los frascos de propofol que se encontraron en la habitación.
Esto en cierto modo desmonta el argumento de la defensa según el cual Murray le dio una dosis mínima de propofol pero, aprovechando que el doctor dejó la habitación para ir al baño, Michael tomó una dosis adicional que le provocó la muerte.
Según varios testigos la muerte de Michael fue instantánea y no habría forma de salvarlo aún llamando inmediatamente al 911.
Uno de los abogados de Murray, Ed Chernoff, dijo " No había RCP, ni médico, ni paramédico ni máquina que pudiera haber revivido a Michael. Él murió tan rápidamente, de forma instantánea, que ni siquiera le dio tiempo a cerrar los ojos".
Esta declaración del abogado contradice la opinión de varios profesionales que pasaron por el estrado y que aseguraron que Michael se podía haber salvado con un aparato que siguiera sus constantes vitales y avisara al médico de que algo iba mal.
Murray sostiene que la dosis que le inyectó él más la que luego añadió Michael creó "una tormenta perfecta que provocó una muerte instantánea".
Fuente:
http://www.ibtimes.com/articles/224913/20111004/michael-jackson-conrad-murray-manslaughter-trial-propofol-witness-testimony.htm
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