Arno Bani es un fotógrafo francés, actualmente cuenta con 34 años pero cuando sólo tenía 23 logró encandilar a Michael con una portada. Michael la vio cuando salió en la prensa un domingo en Londres, se enamoró de ella y quiso encontrar al fotógrafo que la hizo. Esa foto es la siguiente:
Se trata de la portada del suplemento Style del diario británico Sunday Times, la modelo es Astrid Munoz con look faraónico.
Bani afirma que Michael detestaba hacerse fotos pero asegura que estuvo muy contento de trabajar con un fotógrafo tan joven que aún no estaba corrompido por el sistema.
La llamada de Michael fue para contratarlo para realizar la portada de su álbum Invincible pero las fotos no gustaron a Sony y no fueron incluidas. Por lo que se pasaron 10 años en la caja fuerte de un banco
"Después de su muerte, consideré que no podían seguir guardadas. Sé que a él le gustaron mucho y quería que los fans las conocieran y tuvieran en memoria también a este Michael Jackson” dice.
Estas son las palabras de Arno sobre esa emocionante experiencia:
" Michael Jackson no sólo quería que le hiciera fotos, deseaba que le propusiera un nuevo look para los 10 años siguientes, y me dio toda libertad para hacerlo. No lo podía creer. Trabajé durante semanas y le sometí a cuatro escenarios distintos con maquetas y fotografías"
"Quería algo nuevo, así que empecé por pedirle que se cortara el cabello, lo que sorprendió a sus allegados, que trataron de disuadirlo. Pero él aceptó".
«Se hizo un silencio enorme cuando le propuse que se cortara el cabello. Sus colaboradores se quedaron paralizados, con cara de estupor. ¿Cómo osas? me lanzaron con la mirada. Y entonces él dijo simplemente, vale, de acuerdo». Arno cuenta las peripecias de la sesión de fotos y su voluntad de mostrar un Michael Jackson diferente. «Quería ocultar el lado americano y excesivo, dar una imagen más depurada, elegante, con el toque chic a la francesa»
Después Michael se dejó largo de nuevo el cabello: “Realmente no le gustaba su cara. Con el pelo largo podía ocultarla”.
Jackson dio carta blanca a Bani, que trajo a su peluquero estilista Seb Bascle, el maquillador Topolino, y los creadores de tendencias Frédérique Lorca y Maïda.
Topolino fue el problemático. En lo que casi acaba como un “incidente diplomático”, el maquillador y sus asitentes pusieron vaselina alrededor del ojo de Jackson y soplaron con cuidado la brillantina adhesiva sobre la cara del cantante. "La gente de Jackson se quedó de piedra. ‘No pueden soplar sobre la cara de Michael Jackson’ protestaron”.
A Topolino le gusta tener música de fondo y se trajo una radio de cinco dólares que sonaba horriblemente y la puso en una emisora de viejos temas franceses. “Michael Jackson se mostró curioso por saber de quién era aquella música francesa. Estaba escuchando a 'Aux Champs Elysées' de Joe Dassin y temas de Georges Brassens"
El maquillador también se asomó a la ducha que habían traído para Jackson, que siempre era limpiada con mucho cuidado y surtida con toallas metidas en plásticos. Al final a Jackson “no le importaba todo aquello”. Barni recuerda que no hubo ninguna petición excéntrica ni quejas sobre la comida o la temperatura.
Mientras le maquillaban durante horas adquiría un estado casi zen de meditación. "Tenía la habilidad de apagarse y de volver en un par de segundos. Le pedí que bailara para algunas fotos y pensé que estaba adormilado. Parecía cansado. Pero de repente se ponía ha hacerlo”.
«Le percibí como alguien con una doble personalidad, lleno de contrastes. Tenía un lado muy infantil y otro muy reservado. Estaba hierático, ausente, y de repente se iluminaba, como si accionara un interruptor». Su impresión fue que Jackson estaba «muy solo» en medio de una marea de colaboradores que no se atrevían a decirle nada. El común denominador de los 700 clichés de Bani es precisamente la inmensa tristeza que transmitían los ojos negros de Jackson.
Alrededor de la pareja había un grupo de directores creativos de Jackson, tomando notas, apuntando si al Rey del Pop le gustaba más el azul o el rojo. “Era el mundo en el que vivía, como verle en su pequeña prisión de oro, descubriendo. Era extremadamente curioso y culto, pero siempre humilde, respetuoso, y amable. Podía saltar en el sofá y dar palmas cuando se enamoraba de un nuevo detalle. Me abrazaba y hacía reverencias con las manos juntas al estilo japonés. Tuve que pedirle que dejara de darme las gracias, pero me quedé realmente conmovido”.
"Estábamos como dos niños jugando en el suelo, haciendo puzzles juntos. Yo era un chaval por entonces, pero él era diez veces más niño. Traje brillantina y metía los dedos para ver como brillaban. La echamos por todas partes. Las carpetas de diseño de modas eran como catálogos de juguetes para él”.
"Yo no tenía límites de gastos. Si el tiro de los pantalones de Michael Jackson costaba 10,000 euros, no había problema. En un momento, la gente de Sony me dijo que nunca habían gastado tanto en ropa e incluso trajeron ropa de las giras de Michael para que viera lo que solía llevar. Era una chaqueta con espejitos redondos que pegamos sobre ella. Sólo funcionaba a 100 metros de distancia con muchísimos focos apuntando a ella.”
En una de ellas, muy llamativa la verdad, aparece envuelto con una capa dorada y con un maquillaje andrógino. “La capa dorada” se pensó para la portada de "Invincible," pero Epic Records la rechazó.
La siguiente, minimalista, Michael vestido de negro con un look parisino delante de una cortina roja que recuerda a la del O2.
Una tercera en la que destacan los ojos y el guante.
Pero la imagen preferida, tanto de Michael como del fotógrafo, es la que se titula "L'oeil bleu" (El Ojo Azul).
Para "The Blue Eye," Jackson llevó un traje de Yves Saint Laurent, "Quería soñar, sentir la elegancia del ‘toque francés’. Cuando le llevé bordados de François Lesage los tocó y quedó fascinado. Nunca había visto algo tan delicado, trabajo hecho a mano”.
Estas fotografías serán subastadas por la casa “Pierre Bergé & Associés” el próximo 13 de diciembre en París. Los cuatro murales saldrán con un precio inicial de mil euros. El resto de las fotografías y hojas de contacto iniciarán en 500 euros.
Asimismo, a partir del miércoles saldrá a la venta un álbum-catálogo con todas las fotografías que le tomó Bani y que se venderá en 19.9 euros, además de una edición de lujo para coleccionistas limitada a 2 mil nueve ejemplares que costará mil euros.
En la sala de subastas hay cuatro retratos grandes junto a 31 hojas de contactos de fotos sin retocar y varias con notas manuscritas de Michael.
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